Saber cuando tu gato está enfermo

Una de las mejores cosas de cuidar a los gatos es su naturaleza relajada. Los gatos se destacan por estar relajados y tienen el tipo de vida con la que solo podemos soñar: jugar, comer y dormir. Desafortunadamente, esos hábitos pueden ser una desventaja cuando los gatos se enferman. Instintivamente, los gatos pueden tratar de esconderse o un hábito común (dormir) se vuelve excesivo. Para determinar si su gato está realmente enfermo, es útil saber qué buscar.

Pasos

Método 1 de 3: busca cambios en el comportamiento y la apariencia

Imagen titulada Sepa si su gato está enfermo Paso 1
1. Mira cuánto duerme tu gato. Los gatos enfermos dormirán más. Si su gato no tiene otros signos de enfermedad, como vómitos, diarrea, pérdida de apetito o hinchazón evidente, vigílelo. Si se desarrollan síntomas, llévela al veterinario para que la revise.
  • Si su gato no muestra otros síntomas, vigílelo durante 24 horas (por supuesto, si está preocupado, es bueno que primero lo revise un veterinario). Si empieza un segundo día con un cansancio excesivo, entonces es hora de llevarla al veterinario.
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2. Revisa la temperatura de tu gato para ver si tiene fiebre. Use un termómetro rectal para tomar la temperatura de su gato. Pero, si se enfada, será mejor que te detengas y dejes esto en manos de tu veterinario. Entre 37,5 y 39 °C es un rango de temperatura normal, mientras que cualquier temperatura superior a 39 °C se considera un aumento, y superior a 39,5 °C es fiebre. Lleva a tu gato al veterinario si tiene fiebre.
  • Un gato con fiebre por lo general duerme profundamente, puede rechazar la comida y, a menudo, tiene un pelaje sin brillo que se ve ralo. Su nariz y orejas pueden estar secas y calientes si las toca con los dedos a temperatura corporal normal. Si bien tocar las orejas no es una forma precisa de verificar la temperatura, si las orejas del gato se sienten frías al tacto, es poco probable que tenga fiebre.
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    3. Controle los cambios en los hábitos de la caja de arena de su gato. Esté atento a: con qué frecuencia su gato va a la caja, si está pasando por un mal momento, si hay sangre o mucosidad en la orina, o si las heces son duras y obstruidas.Si el gato ha tenido diarrea pero sigue esforzándose o tiene estreñimiento (reconocible por las heces secas y duras), llévelo al veterinario. El esfuerzo repetido y la falta de orina, o la presencia de sangre es motivo suficiente para una llamada de emergencia al veterinario.
  • Los hombres son propensos a problemas urinarios en los que tienen dificultad para orinar. Los signos de esto incluyen ir a la papelera con regularidad e incluso ponerse en cuclillas fuera de la papelera. El gato puede ponerse en cuclillas durante varios minutos o seguir subiendo y poniéndose en cuclillas en un lugar nuevo. Si es posible, verifique si ha orinado (la mancha está húmeda o seca)?) y si lo hizo, compruebe si hay sangre en él.
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    4. Presta atención al apetito de tu gato. Si has notado que tu gato no ha comido mucho, o más de lo habitual, es posible que algo ande mal. Si su gato no muestra interés en la comida durante un día completo, es posible que sucedan varias cosas, desde comer comida de los vecinos hasta sentir náuseas o problemas renales. Por otro lado, si tu gato se vuelve glotón de repente, eso también podría indicar un problema de salud.
  • Si su gato se niega a comer durante más de 24 horas, llévelo al veterinario para que lo revise para que el problema subyacente pueda corregirse antes de que se desarrollen complicaciones.
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    5. Comprueba si tu gato está deshidratado. Esté alerta a los cambios en el comportamiento de bebida de su gato. La cantidad que beba tu gato depende de si come comida húmeda (que es raro verla beber) o comida seca (que es normal que beba con ella). Muchas afecciones provocan un aumento de la sed, como algunos tipos de infecciones, enfermedades renales, glándulas tiroideas hiperactivas y diabetes. Si tu gato tiene sed, haz que lo revise el veterinario.
  • También puedes consultar físicamente. Suavemente y suavemente levante su piel entre sus omóplatos. Tire de la piel hacia arriba y lejos de su cuerpo (nuevamente, muy suavemente) y luego suéltela. Si la piel de tu gato no se recupera de inmediato, lo más probable es que esté deshidratado y necesite ver a un veterinario.
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    6. Presta atención al peso y la forma de tu gato. Cualquier cambio en el peso de tu gato es significativo y es motivo de visita al veterinario. La pérdida de peso repentina o incluso gradual puede ser un signo de enfermedad. En caso de duda, pesa a tu gato en casa una vez por semana y si el gato sigue perdiendo peso, consulta al veterinario para que te aconseje.
  • En las primeras etapas de enfermedades como la diabetes o la tiroides hiperactiva, el gato puede parecer sano, pero perder peso. Busque atención médica si el gato continúa perdiendo peso.
  • Algunas enfermedades, como el cáncer de estómago o las enfermedades del corazón, hacen que el peso total del gato se mantenga igual, pero pierda condición corporal. Esto significa que puede sentir las costillas y la columna más fácilmente porque tienen menos grasa, pero su vientre puede verse redondo o hinchado. En caso de duda, haz que la revise un veterinario.
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    7. Examina el pelaje de tu gato. Un gato enfermo generalmente no tiene energía para cuidarse a sí mismo. Por lo general, verá que un pelaje que normalmente es brillante y bien mantenido limpio se volverá opaco, enmarañado y anudado. Si bien el estrés también puede causar muda de pelo o cambios en los hábitos de aseo, su gato en realidad puede estar enfermo. Consulta con un veterinario.
  • Los cambios en los hábitos de aseo también pueden ser el resultado de la artritis. El aseo puede ser doloroso si tu gato está rígido y le duelen las articulaciones. Nuevamente, es una señal de que es necesaria una visita al veterinario.
  • Método 2 de 3: Observa los síntomas

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    1. Cuidado con los vómitos. Si tu gato vomita, especialmente varias veces al día, y no parece estar bien, es grave. Si el gato rechaza el agua o vomita después de beber agua, debe acudir al veterinario.
    • Muchos gatos son "supervivientes felices", lo que significa que vomitan de vez en cuando (una o dos veces por semana) como una forma de limpiar su sistema. Esto no es algo de lo que preocuparse si su gato es activo, receptivo, se comporta normalmente y come bien.
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    2. Cuidado con la diarrea. Un gato produce heces firmes en forma de salchicha. La diarrea es heces líquidas que no tienen forma y que definitivamente no son normales. Si el gato parece saludable, es aceptable esperar 24 horas para ver si el gato puede haber comido algo malo que le haya causado malestar estomacal. Sin embargo, si vomita, no come, está aletargada o letárgica, o tiene sangre o mucosidad en las heces, debe acudir al veterinario.
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    3. Fíjate qué tan activo es el gato. El letargo o la falta de energía pueden significar que tiene fiebre, dificultad para respirar o dolor. Esta es una sutil desviación del gato durmiendo más porque el gato está despierto pero no tiene la energía para reaccionar o participar en las actividades diarias.Si el gato está letárgico y respira más rápido, debe ir al veterinario.
  • Ten en cuenta la personalidad de tu gato. Si su gato está inusualmente cansado y no tiene interés en el ejercicio y las actividades diarias normales, podría ser una señal de que su gato está desnutrido o enfermo.
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    4. Escuche para descubrir problemas respiratorios. Si tu gato respira rápido y superficialmente, o tiene la boca abierta, y no se ha movido por sí solo, debes llevarlo al veterinario. También debe tratar de estimar qué tan dificultosa parece ser la respiración del gato. Si nota que los músculos de su estómago se contraen mucho para respirar, necesita ver al veterinario.
  • A veces, el ronroneo puede oscurecer la frecuencia respiratoria (hace que el gato parezca estar respirando más rápido), así que trate de contar sus respiraciones cuando no esté ronroneando o durmiendo. La frecuencia respiratoria normal es de aproximadamente 20 a 30 respiraciones por minuto, y debe ser baja cuando se está relajado.
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    5. Vigílala si inclina la cabeza, parece mareada o desorientada. Todos estos podrían ser síntomas de un trastorno neurológico o una infección de oído. Si están presentes, su gato debe ser llevado al veterinario inmediatamente. Tu gato es una criatura ágil que es hábil con sus patas. Si esto cambia y ella se vuelve torpe o mantiene la cabeza hacia un lado, algo anda mal. Estos cambios podrían indicar una convulsión, presión arterial alta o incluso un tumor cerebral. Por lo tanto, se recomienda un viaje al veterinario.
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    6. Cepilla a tu gato con frecuencia para comprobar si hay nuevos crecimientos o bultos. La mayoría de los bultos o abscesos son benignos, pero si hay secreción o sensibilidad, debe revisarse. También tenga cuidado con los malos olores que pueden provenir de los rasguños infectados. Lo siguiente también se aplica aquí: haga que revisen a su gato. Si no se trata, la infección puede causar envenenamiento de la sangre.
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    7. Cuida los ojos de tu gato. Examine los ojos (al igual que la nariz) en busca de exceso de secreción. Si tu gato parece estar llorando constantemente, es posible que sea alérgico a algo o que tenga una infección en las cavidades. Si se presenta secreción junto con exceso de bebida/micción, letargo y un pelaje que no queda plano, haga que revisen a su gato para detectar una posible insuficiencia renal.
  • También presta atención a apagar las pupilas. Algunas enfermedades hacen que las pupilas se dilaten y se queden así en los gatos. Debes llevar inmediatamente a tu gato al veterinario si notas que sus pupilas siguen muy dilatadas.
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    8. Mira en la boca de tu gato. Preste especial atención a las decoloraciones en las encías. Si ves que las encías de tu gato, especialmente los gatos negros, están muy pálidas, es posible que tu gato esté enfermo. También debes oler el aliento de tu gato. Si hay un olor inusual que no es causado por algo que alimentaste a tu gato, entonces puede haber un problema.

    Método 3 de 3: buscar una enfermedad específica

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    1. Revisa a tu gato por pulgas. Tenga cuidado con el rascado excesivo, que puede ser un indicio de pulgas. Si ves que tu gato se rasca a menudo, es necesario hacer una revisión local. Consigue un peine de dientes finos y pásalo por el pelaje de tu gato. Busque pequeñas manchas marrones que se muevan rápidamente (eso son pulgas), especialmente alrededor del cuello y la cola de su gato.
    • También puede verificar si tiene pulgas cepillando el pelaje de su gato sobre una hoja de papel blanco. Puedes encontrar pulgas en el peine o excrementos de pulgas en el papel. La caca de pulga es negra y tiene forma de coma. Si lo coloca sobre algodón húmedo, se disolverá en una mancha de sangre.
    • Hay muchos productos comerciales disponibles para matar y eliminar las pulgas de su hogar. Pregúntale a tu veterinario qué recomienda.
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    2. Escuche la tos seca y los vómitos que pueden indicar bolas de pelo. Las bolas de pelo también pueden causar mal aliento o pérdida de apetito. Los problemas graves de bolas de pelo pueden convertirse en tricobezoares (mechones duros de cabello enmarañado y comida maloliente no digerida), y los casos extremos requieren cirugía. Cepilla a tu gato regularmente para reducir las bolas de pelo.
  • Otros remedios caseros efectivos incluyen agregar suplementos a su alimentación, como: corteza de olmo para lubricar el paso de la bola de pelo, o pulpa de calabaza enlatada, que aporta mucha fibra a las heces, facilitando la salida de la bola de pelo. Estos agentes se pueden agregar ocasionalmente a golosinas como pescado o pollo/hígados hervidos para prevenir las bolas de pelo.
  • Debe consultar con su veterinario para asegurarse de que no haya un problema grave que lo cause.
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    3. Cuidado con una tiroides hiperactiva. Los síntomas incluyen aumento del apetito o sed, pérdida de peso inexplicable (masa muscular parcial), nerviosismo o irritación, vómitos frecuentes, apatía y debilidad, diarrea o pelaje desordenado. Si se presentan dos o más de estos síntomas, su gato necesita ver al veterinario. Una tiroides hiperactiva es más común en gatos de mediana edad y mayores y es rara en gatos jóvenes.
  • Un aumento del apetito es una señal de advertencia útil de que su gato necesita una revisión veterinaria. La hormona tiroidea que estimula el apetito también aumenta la tasa de metabolismo y ejerce presión sobre el funcionamiento de los órganos.
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    4. Cuidado con los síntomas de la diabetes felina. Los signos de diabetes felina incluyen vómitos, deshidratación, debilidad y pérdida de apetito, aumento de la sed y la orina, pérdida de peso, respiración anormal y pelaje mal peinado. La diabetes felina puede afectar a gatos de todas las edades, pero es más común en gatos machos mayores y con sobrepeso. Si su gato tiene uno o más síntomas, llévelo al veterinario, donde se pueden medir los niveles de azúcar en la sangre y la orina.
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    5. Esté atento a los síntomas de la enfermedad del tracto urinario inferior felino (FLUTD). Los signos de cálculos en la vejiga incluyen micción deficiente o difícil y frecuente, pérdida de apetito, apatía, sangre en la orina o lamido frecuente de los genitales. Esta enfermedad es una inflamación dolorosa del área urinaria inferior y tiene el potencial de matar rápidamente a un animal.
  • Los desechos de la vejiga tienen varias causas, desde la reducción de la ingesta de agua y la retención de orina, hasta virus, bacterias o la comida. Algunos trozos secos pueden hacer que se acumulen cristales en la orina, lo que desgasta e irrita las paredes de la vejiga. Si no se tratan, pueden formar cálculos en la vejiga que pueden ser graves si provocan una obstrucción.
  • Consejos

    • Si la personalidad del gato cambia, como volverse gruñón, querer estar solo, menos estrés, etc. entonces podría estar enfermo.
    • Algunos cambios inusuales en el comportamiento son normales, especialmente si se cambia la marca de comida o la arena.
    • Esté atento a los síntomas físicos (como vómitos o diarrea) y recuerde con qué frecuencia esto sucede. También es útil para que el veterinario capture una enfermedad o diarrea en una foto. Por extraño que parezca, puede proporcionar información valiosa sobre la causa de la enfermedad.
    • En caso de duda, póngase en contacto con su veterinario. Dependiendo de la enfermedad, la espera puede ser peligrosa.
    • Si su gato se esconde en espacios cerrados cuando normalmente permanece al aire libre, esto podría ser una señal de que siente dolor.

    Advertencias

    • Los gatitos pueden volverse letárgicos si se exponen a las pulgas.
    • Si tu gato no come ni bebe durante dos días, llévalo inmediatamente al veterinario para que lo examine.
    • La pulga más común, la pulga del gato (Ctenocephalides Felis), puede transportar larvas de tenia Dipylidium caninum. Si los gatos comen pulgas mientras acicalan su pelaje, pueden infectarse. Las pulgas también transmiten otras infecciones.
    • Los humanos también son propensos a las picaduras de pulgas que pican, generalmente en los tobillos.

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