Mantén tu reacción ligera cuando devuelvas la pelota al bromista. Recuerda que él o ella solo quiere ser divertido y divertirse contigo. Si percibe un trasfondo mezquino o amenazante, es posible que desee discutir con el bromista lo que generalmente se considera apropiado e inapropiado cuando se trata de bromas. Cada persona tiene cualidades menos atractivas. Es poco probable que un amigo que es demasiado sarcástico cambie pronto, por lo que no tiene sentido enojarse y poner en peligro su amistad. Por ejemplo, si alguien derrama agua sobre tu ropa y te pregunta si vas a nadar, podrías decir algo como "Sí, pero olvidé mi toalla!” Ignorar los chistes de los que no te puedes reír es una buena manera de expresar tu desaprobación sin crear una tensión indebida. Los momentos vergonzosos son menos vergonzosos si sabes bromear sobre ellos, así que aprovecha esta oportunidad para deshacerte de los sentimientos negativos. Esto hará que los demás dirijan su atención hacia ti y eso te permitirá tener la situación bajo control. Una manera fácil de superar al bromista es decir algo como: "Esto fue un poco, deberías haberme visto cuando estaba"...” Si no sabes cómo usar el humor sin ofender a los demás, intenta burlarte de ti mismo. La autoburla también se denomina la mejor forma de autoconocimiento y hace que los demás se sientan más cómodos y elimina las tensiones. Hacer que las reglas sean un juego cambiará la dirección de la conversación sin afectar demasiado el tono previsto.
Responder a un chiste
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A todo el mundo le gusta un buen chiste, pero cuando el chiste se trata de ti, a veces puede ser difícil determinar cuál es la mejor manera de manejar la situación, cómo reaccionar y cómo asegurarte de que el chiste no sea tuyo. Mantén la calma y trata de considerar la intención del bromista. Si el bromista no tenía malas intenciones, no hay necesidad de enfadarse. Reírse de un chiste suele ser automático, pero sentirse ofendido es una elección. Tú decides por ti mismo qué impacto tiene la broma en ti.
Pasos
Método 1 de 4: considera la intención del bromista
1. Asumir lo mejor de los demás. Trate de recordar que la mayoría de los chistes tienen buenas intenciones y el bromista no quiere nada más que ser divertido. A veces tomamos la forma más fácil de ser divertidos, con el resultado de que hacemos una broma a expensas de otra persona. Si la broma se hace a tu costa, trata de recordar que el bromista solo está tratando de ser gracioso. Probablemente se trate más de "él o ella" que de "tú".
- La broma puede haber sido hecha con la mejor de las intenciones, pero la elección de las palabras fue algo desafortunada. O tal vez el bromista calculó mal su sensibilidad hacia un tema en particular.
- A veces, las personas bromean sobre temas delicados con el objetivo de ofrecer apoyo a quienes más importan o para hacer que el estado de ánimo sea un poco menos tenso.
2. Considere el entorno en el que se hizo la broma. Piensa en el ambiente allí. Si se trata de una broma alegre (sin intención de ofenderte a ti ni a nadie más), podrías responder de una manera alegre. Incluso podrías devolverle la pelota al bromista para mantener la conversación, o simplemente reírte y luego dejarla atrás.
3. Considere la fuente de la broma. Algunas personas siempre quieren parecer divertidas o tienen buenas intenciones, pero no pueden articularlo bien. En tal caso, es mejor que no levantes demasiado en una broma. Un buen amigo tuyo puede tener un sentido del humor un poco irónico. Intenta ver que esto es parte de su humor y que no tiene malas intenciones.
Método 2 de 4: no entres en todo
1. Perdona a la persona que está bromeando a tu costa. Trate de ver que todos vamos demasiado lejos a veces, y no se preocupe demasiado por las pequeñas bromas. Si un amigo no puede soportar su diversión y hace un comentario desagradable sobre ti, perdónalo. Confirme que fue un error, asuma que se disculpará y asumirá todas sus otras responsabilidades y deberes como amigo.
- Si los comentarios inapropiados o las bromas desagradables son un problema persistente, considere hablar con su amigo cercano.
2. Ríete y sigue el juego cuando alguien te haga una broma inofensiva. Hay algunos escenarios en los que esta respuesta sería apropiada, como en la escuela cuando los bromistas no te conocen bien o cuando no te das cuenta de que se están burlando de ti. A veces es aconsejable demostrar que puedes aceptar una broma, ya que hacerlo puede ganarte el respeto de los bromistas e incluso hacer nuevos amigos.
3. Ignora los chistes de mal gusto. Las opiniones difieren sobre lo que es y lo que no es humor. Nuestro desarrollo físico, estados emocionales y circunstancias personales contribuyen a nuestro sentido del humor. Trata de aceptar que tu sentido del humor puede ser radicalmente diferente al humor de los demás.
Método 3 de 4: ríete de ti mismo
1. No te tomes demasiado en serio. Reconoce el hecho de que solo eres humano y que también cometes errores como todos los demás, a veces incluso de una manera divertida. Una broma bien intencionada sin motivos ocultos desagradables puede ser útil para aclarar su perspectiva.
- Si le resulta difícil ver el humor en una broma sobre usted, intente tomar la perspectiva de un extraño. Vuelva a ejecutar el chiste en su mente, pero sobre otra persona, tal vez incluso alguien que no conoce en absoluto. Esto puede reducir la sensación de tener que defenderse.
2. Ser demasiado rápido para el bromista. Si una persona dice algo sobre ti que preferirías haber mantenido en secreto, debes tomar el control de la historia tú mismo. Interrumpa al bromista corrigiendo o elaborando algunos aspectos de la historia y luego termine la historia usted mismo. Sin duda, otros preferirán escuchar la historia de usted, por lo que es probable que los transeúntes estén más dispuestos a escucharlo a usted que al bromista.
3. vencer al bromista. Muéstrale al bromista que la broma no te hará daño haciendo una broma mejor tú mismo. Burlarse de sí mismo es una buena manera de aliviar la tensión, ya que facilita que los demás se identifiquen con usted. Los demás se sentirán más cómodos consigo mismos y con la situación cuando vean que puedes reírte de ti mismo.
Método 4 de 4: establece tus límites
1. Decir con calma que te sientes herido. Así como el bromista tiene la libertad de bromear, usted tiene la libertad de expresar su desaprobación y discutir las consecuencias. Respira hondo, discúlpate para ir al baño si es necesario e intenta levantarte. Luego articula lo que te molesta de la manera más clara y cortés posible.
- Cuando el bromista bromea sobre temas inapropiados, podrías decir algo como "¿Podrías no bromear sobre eso?? es un tema bastante delicado para mi.”
2. No participes en molestar a otros a sabiendas. Trate de reconocer que sus intenciones también pueden ser malinterpretadas, así que tenga cuidado cuando participe en burlas de otros a sabiendas. Trata a los demás como te gustaría que te traten a ti.
3. Reúnanse para discutir qué temas son y qué no son apropiados para las bromas. Si el tono de las bromas se ha vuelto demasiado negativo u ofensivo, debes interrumpir la conversación. Indique que siente que la conversación va en la dirección equivocada y proponga reglas para mantenerla en curso. Puede sugerir que se eviten ciertos temas e incluso agregar consecuencias a la violación de los términos de la discusión.
Consejos
- Una sonrisa o una mirada de desaprobación son buenas maneras de defenderse cuando se siente ofendido.
- Asegúrate de estar al día con los últimos chistes ya que te hará sentir mejor preparado.
Advertencias
- Si los chistes tienen la intención de hacerte sentir mal, humillarte o afectar negativamente tu posición social, es posible que te estén acosando. Discuta la situación con alguien en quien confíe.
- Tenga en cuenta que en algunas situaciones es prudente huir. Desafortunadamente, defenderse en algunas situaciones puede convertirlo en un objetivo aún más interesante cuando se trata de un acosador serio.
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