Cuando estás enojado, tu cuerpo produce adrenalina que acelera tu ritmo cardíaco, envía sangre a tu cabeza y provoca otras señales de ira o excitación. Contar te da la oportunidad de calmarte y calmar tus reacciones para que no actúes impulsivamente. La respiración le indica a tu cuerpo que se calme. El cuerpo hace esto liberando neurotransmisores que le dicen al cerebro que está bien y que es seguro. Cuando estás enojado, la adrenalina puede acelerar tu respiración, haciéndote sentir que tu respiración se vuelve más difícil o que no puedes respirar por completo. Hay diferentes formas de meditación que puedes probar, como Tai Chi, Yoga, Meditación Trascendental y Qi Gong. Por ejemplo, en lugar de tener una rabieta en el restaurante (de la que luego te arrepientas), puedes optar por hablar con el gerente o cambiarte de mesa. Estas opciones pueden reducir su frustración y enojo. Trata de lidiar con la situación por tu cuenta una vez que sientas que puedes interactuar con otras personas sin tener una rabieta. Imagina que estás sentado en un restaurante esperando a que vuelva el camarero. Una vez que se haya calmado para evitar un brote, su próximo paso podría ser pedir hablar con el gerente. Explique su insatisfacción con el servicio y solicite un cambio. Manténgase enfocado en usted mismo mientras trata de evitar la necesidad de gritar o hacer comentarios despectivos sobre el mesero, el gerente o el personal (como insultos). Por ejemplo, escribe 3 cosas positivas que te hayan pasado todos los días. Esto puede hacerte más consciente de las cosas positivas que ya están presentes en tu vida. Por ejemplo, tómese un descanso para tomar café por la tarde, programe un relajante baño de burbujas por la noche o lea un capítulo de su libro favorito durante su descanso laboral. Por ejemplo, puede descubrir que cuando se siente atrapado, irrespetado o menospreciado, es más probable que tenga una rabieta. Si sabe que cierto colega a menudo lo hace sentir de esta manera, comprenda que necesita ver la situación de manera diferente. Discuta la situación con calma con su empleado o practique técnicas de relajación antes de interactuar con esta persona. Pregúntate si puedes recordar un momento de tu infancia en el que te enfadaste sin estallar en cólera. Tal vez tuviste esos sentimientos pero los retuviste? Tal vez alguien en tu familia te hizo sentir que no eras importante, y ahora eres muy sensible a eso. Esto todavía podría molestarte. Puede haber situaciones que inmediatamente te hagan enojar. Por ejemplo, es posible que alguien lo interrumpa en el tráfico y piense: "No puedo creer que tenga una licencia de conducir"!!” Los pensamientos de ira también pueden desarrollarse después de un período de espera. Por ejemplo, si está esperando a que lo atiendan en un restaurante, podría pensar: "donde esta el mesero? ¿Por qué todavía no tengo un trago??" Un aumento de la frecuencia cardíaca Un sofoco o enrojecimiento músculos tensos Dolor de cabeza Los amigos y la familia tienen miedo de tus arrebatos o se avergüenzan de ellos si ocurren en público. Su salud comienza a sufrir, poniéndolo en riesgo de enfermedades del corazón, bulimia nerviosa e incluso un accidente automovilístico (si se enoja en el tráfico). Tu enfado provoca serios problemas familiares o peleas. Tu enfado provoca dificultades en el trabajo (quejas de compañeros o una sanción disciplinaria impuesta)
Deja de tener rabietas
Contenido
Todo el mundo está enojado en algún momento. Pero si descubre que su enojo está fuera de control, es vergonzoso o lo hace sentir impotente, es posible que esté teniendo una rabieta. Se estima que aproximadamente 1 de cada 5 personas experimentan momentos en los que no pueden controlar su ira y, por lo general, dicen y hacen cosas en un momento en el que luego se arrepienten. Aprende a lidiar con la ira inmediata de una rabieta, cómo evitar una rabieta y entender qué es.
Pasos
Parte 1 de 3: Lidiar con el aumento de la ira
1. Haga ejercicio regularmente, justo antes de una situación tensa o en respuesta a la ira. Las investigaciones han demostrado que el ejercicio le dice a su cuerpo que produzca endorfinas beneficiosas que reducen la respuesta al estrés de su cuerpo y mejoran su estado de ánimo. Esto puede ayudarte a calmarte. Todo tipo de ejercicio puede tener un efecto positivo sobre el enojo, así que elija una actividad que generalmente disfrute (como correr, bailar o caminar).
- Por ejemplo, si sabe que tendrá una reunión de negocios estresante más tarde, tómese un tiempo por la mañana para salir a correr. Esto reduce el estrés y la tensión, por lo que no llega a la reunión apurado.
2. Para contar. Si bien esto puede sonar extraño, contar en realidad puede ayudarlo a relajarse cuando es propenso a explotar o tener una rabieta. Enfoca tus pensamientos lejos de la situación y en el conteo y tu respiración. Cuente hasta 10 y respire con cada conteo y también entre cada conteo. Al hacer esto a un ritmo lento, puede ayudarse a estar cada vez más tranquilo. Continúa contando, si todavía te sientes enojado cuando llegues a 10.
3. Haz ejercicios de respiración. Aprende a respirar desde el diafragma, el músculo en la base de tus pulmones. Concéntrese en su respiración y tome respiraciones profundas y completas que llenen completamente sus pulmones. Respire durante 5 tiempos, luego contenga la respiración durante 5 tiempos, luego suelte la respiración durante 5 tiempos. Haz 2 respiraciones normales entre cada respiración diafragmática para no hiperventilar y repite este ejercicio hasta que te hayas calmado.
4. meditar. La meditación puede ayudarte a concentrarte, reducir tu estrés y hacerte más consciente de ti mismo. Todas estas cosas pueden ayudarte a calmarte durante un arrebato emocional. Dedique al menos de 10 a 20 minutos al día para practicar la atención plena, lo que puede mejorar su salud psicológica en general.
Parte 2 de 3: Prevención de una rabieta
1. Descubre cuál es el problema. Esta es una habilidad importante para la vida que puede ayudarlo a reducir el estrés y la frustración. Reconocer el problema lo ayudará a identificar una situación problemática y aprender a manejarla. Comprender la fuente de su frustración también puede hacer que se sienta más en control de la situación.
- Por ejemplo, si estás en un restaurante y tienes que esperar mucho tiempo al mesero, puedes reconocer esto como un problema porque te frustra y te enoja.
2. Crea tus propias opciones. Tómese un momento para considerar las diferentes acciones que puede tomar, como hacer una rabieta, no decir nada o irse. La clave de tus opciones es que enfrentes las consecuencias de cada una antes de hacer nada. Elija una acción que reduzca su frustración y cambie la situación. Una vez que haya decidido lo que quiere hacer, ponga su plan en acción de una manera que sea bien recibida.
3. cálmate. Tómate un momento para asegurarte de tener tus emociones bajo control. Tenga cuidado de no dejar que su ira guíe sus acciones. Es posible que deba distanciarse brevemente de la situación o ordenar sus pensamientos antes de reaccionar.
4. Expresa tus emociones. Si te sientes estancado e incapaz de expresar tus sentimientos, aprende a expresar tu ira de manera efectiva. Esto puede hacerte sentir que tienes mucho más control sobre la situación. Si alguien te hace enojar, acércate a la persona de una manera simple y directa. Di cómo te hace sentir la situación y posiblemente incluso indica cómo quieres que sea la situación en el futuro. Asegúrate de concentrarte en tus sentimientos.
5. Ajusta tus expectativas. Realmente tómese un momento para pensar en su forma de ver las situaciones. ¿A menudo tiene pensamientos negativos o está convencido de que está siendo tratado injustamente?? Si a menudo piensas de esta manera, es posible que estés creando estrés y construyendo situaciones que te hagan enojar. Empieza a cambiar tu forma de ver las cosas. Considere los aspectos positivos de una situación o no espere merecer un trato preferencial.
6. Planifica actividades positivas a lo largo del día. Planifique algunas pequeñas cosas positivas que pueda hacer todos los días. Cosas que no son dañinas y que llevan poco tiempo. Deben ser fáciles de adaptar a tu horario diario y hacerte sentir feliz o relajado. Integrar momentos positivos en su día puede evitar que su ira se acumule.
Parte 3 de 3: aprender más sobre tus rabietas
1. Entiende qué puede causar las rabietas en los adultos. Una rabieta, o ira explosiva, es un estallido de ira desproporcionado con respecto a la situación. También puede sentirse impotente, como si ya no tuviera control sobre sí mismo. Las rabietas pueden ser causadas por diferentes cosas, y esto puede ser diferente para cada persona. Algunas personas sienten una vergüenza excepcional que les lleva a los arrebatos, mientras que otras han adoptado el frenesí como mecanismo de afrontamiento de traumas pasados. Las personas también tienen diversos grados de control sobre su ira.
- Las rabietas suelen ser verbales por naturaleza y pueden ser parte de un episodio de ira, aunque no todas las iras son iguales.
- Algunas erupciones son menos intensas pero más frecuentes, mientras que otras son más intensas y solo ocurren unas pocas veces al año.
2. Piensa en tus desencadenantes. Los desencadenantes, las cosas que desencadenan las rabietas, pueden ser fáciles de identificar (como el tráfico o la gente grosera) o más sutiles (como esperar en la fila o un comentario burlón). Trate de identificar los lugares, personas o situaciones que conducen directamente a sus arrebatos. Piensa en temas comunes o cuál fue exactamente el motivo por el que esas cosas te hicieron enojar. Identificar los factores desencadenantes lo ayuda a anticipar situaciones que podrían desencadenar una rabieta. Esto le da la oportunidad de pensar en cómo reaccionará, sin tener una rabieta.
3. Mantenga un registro para determinar cuáles son sus factores desencadenantes. Esto lo ayudará a identificar los factores desencadenantes y recordar cómo manejó la ira. Por ejemplo, tu familia de origen también lidiaba con la ira haciendo berrinches, y eso lo aprendiste de ellos. O puede ser que en tu familia cualquier expresión de enojo fuera tabú, y aprendiste a reprimir todo hasta explotar. Una vez que tenga una imagen clara de sus desencadenantes y por qué son desencadenantes para usted, puede comenzar a reconocer estas situaciones y reemplazar sus rabietas con comportamientos más productivos.
4. Cuidado con los malos pensamientos. Puede haber muchas razones diferentes por las que nos enfadamos, y la ira es una reacción normal ante situaciones frustrantes. No es una emoción "mala". Pero la ira puede conducir a un comportamiento no deseado y, a menudo, agresivo, ya sea verbal o físico. Tenga cuidado con los pensamientos de enojo que pueden convertirse en una rabieta. Trate de concentrarse en otra cosa, recuerde calmarse y sepa que la situación es solo temporal.
5. Presta atención a los síntomas físicos de la ira. Mientras observa los pensamientos de ira, también debería poder reconocer los signos físicos de la ira. Estos también pueden alertarlo de que necesita cambiar su mentalidad y comenzar a resolver problemas. Al hacer esto, puede evitar que se desarrolle una rabieta. Los síntomas físicos de la ira pueden incluir:
6. Sepa cuándo necesita ayuda. Un consejero puede trabajar con usted para prevenir los brotes y ayudarlo a calmarse cuando experimente un desencadenante. Por lo tanto, trabajará en cambiar su forma de pensar y comportarse a través de la Terapia Cognitiva Conductual (TCC). La TCC puede ayudarlo a aprender de dónde proviene su ira y cómo se desarrolla. Esto puede ayudarlo a reconocer situaciones potencialmente difíciles y enseñarle cómo lidiar con ellas de una mejor manera. Si experimenta alguno de los siguientes, puede ser hora de hablar con un consejero:
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