Si estás luchando con esto, recuerda este truco: nunca te digas nada que no te dirías a ti mismo. Recuerda mantener una actitud positiva y podría convertirse en un hábito. Tu vocabulario incluye lo que dices en voz alta a los demás, así como la forma en que te hablas a ti mismo, ya sea verbalmente o en tu mente. Si se encuentra usando tales palabras, reemplácelas inmediatamente en su mente con un término menos extremo. Terrible puede resultar desafortunado o no tan bueno como esperaba. El desastre puede convertirse en una incomodidad o un desafío. Por ejemplo: imagina que tu computadora se descompone y te obliga a reemplazar un componente de ella. Aunque es muy molesto, la experiencia también te dará la oportunidad de aprender una nueva habilidad o perfeccionar una existente. Si te encuentras tenso, tómate un descanso y piensa en algo que no sea la fuente de tu estrés. Descubrirá que el ejercicio es en realidad una buena manera de distraer su cerebro de los pensamientos negativos. No comience a fumar, beber en exceso o usar otras sustancias adictivas que supongan una carga pesada para su cuerpo. Felicítese después de hacer los cambios por las mejoras en su estado de ánimo. Ajustar activamente su actitud hace que sea más fácil deshacerse de los pensamientos negativos en primer lugar. También puedes escribir cosas por las que estás agradecido. Al hacer esto, verás antes el lado positivo de las cosas. Concierte la cita con actitud abierta. Solo puedes esperar que el consejero pueda ayudarte. Si no, siempre puedes encontrar un consejero con el que hagas clic mejor. Asegúrate de dejar en claro cómo te hacen sentir los pensamientos negativos. Comparta con qué frecuencia los experimenta y qué suele hacer para lidiar con ellos. No se desanime si siente que el tiempo que pasó hablando con un consejero en particular no fue productivo. Puedes consultar a otro terapeuta hasta que encuentres uno que te haga sentir bien.
Controla tus pensamientos negativos
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¿Parece que te levantas de la cama con el pie izquierdo todos los días?? Si descubre que los pensamientos negativos se están apoderando de su vida, actúe antes de que el estrés comience a arrastrarlo hacia abajo. Aprenda a detener los pensamientos negativos y luego reemplácelos por positivos. No solo notará que las oportunidades comienzan a presentarse, sino que también obtendrá el poder de cambiar su forma de pensar y cambiar su día.
Pasos
Método 1 de 3: deja de pensar negativamente
1. Identificar pensamientos negativos. Algunos vienen a la mente de inmediato, pero si tiene problemas para encontrarlos, considere llevar un diario. Escribe una o dos oraciones que describan los pensamientos negativos cuando los tienes.
- Presta atención a los pensamientos que te hacen sentir triste o desanimado, como: culparte o avergonzarte de algo que no es tu culpa, tomar los errores simples como evidencia de un fracaso personal o hacer que los pequeños problemas sean más grandes de lo que son (desde un mosquito hasta un elefante hecho).
2. Deja de pensar negativamente inmediatamente. Una vez que hayas identificado cuáles son tus pensamientos negativos, neutralízalos diciendo algo positivo sobre ti. Por ejemplo, en lugar de decir: Estoy teniendo una mañana particularmente mala, intente algo como "Esta mañana no fue muy bien, pero el resto del día está mejorando mucho". Mantente enfocado en lo positivo.
3. Presta atención a tu vocabulario. ¿Utiliza regularmente términos absolutos?? por ejemplo, "nunca seré capaz de hacer esto" o "siempre lo estropeo". Los términos absolutos a menudo se exageran y no dejan espacio para la explicación o la comprensión.
4. Elimina las palabras excesivamente negativas de tu vocabulario. La terminología extrema, como terrible y desastre, no debe usarse para molestias e inconvenientes menores. Al moderar su lenguaje, puede poner las experiencias negativas en una perspectiva más saludable. Reemplace estas palabras con pensamientos de aliento o alabanza.
5. Convierte lo malo en bueno. Pocas situaciones son completamente buenas o malas. Encontrar lo bueno en una situación que te molesta ayuda a que las experiencias desagradables sean menos difíciles. Si comienza a tener un pensamiento negativo, deténgase inmediatamente y piense en uno positivo.
Método 2 de 3: crear un día positivo
1. Comienza tu día pensando en 5 cosas buenas. Esto no tiene que ser algo elevado o ambicioso. Esto puede ser tan simple como el olor de una buena taza de café o escuchar tu canción favorita. Pensar en estas cosas y decirlas en voz alta significa que comienzas cada día enfocándote en lo positivo. Esto crea una base edificante para el resto del día, lo que hace que la negatividad sea más difícil de desarrollar.
- Si bien decir afirmaciones positivas en voz alta puede hacerte sentir un poco tonto, los estudios han demostrado que decir cosas positivas en voz alta en realidad hace que sea más probable que creas lo que dices. Esto puede hacerte más feliz y más concentrado.
2. Disfruta tu día. Si bien puede estar ocupado, las cosas pequeñas pueden hacer que se sienta más despejado y que su mente sea menos motivo para deambular por hábitos negativos. No te tomes las cosas demasiado en serio. Date la oportunidad de relajarte, reír y sonreír. Aproveche la oportunidad de socializar y rodearse de personas útiles y positivas.
3. Aprende hábitos saludables. El pensamiento negativo y el estrés se refuerzan mutuamente. Si bien el pensamiento negativo puede causar estrés, otros hábitos de estilo de vida poco saludables también pueden contribuir al problema. Haga un esfuerzo por comer alimentos frescos y ricos en nutrientes siempre que sea posible, haga ejercicio con regularidad y duerma lo suficiente.
4. Controla tu entorno. No estás indefenso a merced de tus pensamientos. Si no estás contento con algo, cámbialo. Escuchar música, ponerse capas para que nunca tenga demasiado calor o demasiado frío y ajustar la iluminación son solo algunas formas de armarse contra los sentimientos de impotencia que a menudo acompañan al estrés.
5. Escape de la presión por la noche y relájese. Encuentra un lugar tranquilo y cómodo y reserva algo de tiempo para relajarte. Reflexiona sobre tu día y busca cinco cosas positivas que hayas experimentado. Di todo lo positivo en voz alta o escríbelo en un diario.
Método 3 de 3: busca ayuda externa
1. Encuentre un consejero o terapeuta. Si está abrumado por sus experiencias negativas, puede beneficiarse enormemente de hablar con un consejero, además de practicar el pensamiento positivo. Encuentre un terapeuta capacitado en terapia cognitiva conductual. Él o ella puede ayudarlo a pensar de una manera más positiva.
- Para encontrar un terapeuta en el que confíes, pregúntale a un amigo que haya estado en terapia o haya recibido tratamiento antes. También puede pedirle a su médico que lo derive.
2. Hacer una cita para una conversación. Considere esto como un chequeo para su institución. De ninguna manera está obligado a quedarse si no se siente cómodo y no hay una regla que diga que ahora debe ver a ese terapeuta regularmente.
3. Describa los sentimientos negativos que tiene a su consejero. Recuerda que una terapia es confidencial y segura, por lo que puedes ser completamente honesto. Cuanto más honesto seas con tu consejero, mejor podrá ayudarte.
4. Hacer citas adicionales si es necesario. Tiene un buen sentimiento con cierto terapeuta, haga 1 o 2 citas más. Recuerda que se necesitará más de una sola sesión para trabajar en tu mentalidad negativa.
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